Escrito per Anita Brotons (Psiquiatra)

Hay familias donde los padres no se ponen de acuerdo en la manera de cuidar a los hijos.

A veces ocurre que el diagnóstico médico recomienda la utilización de algún fármaco para el niño y uno de los dos padres no lo acepta, ya sea por falta de información o por creencias personales totalmente justificadas.

En estos casos es aconsejable hablarlo con el profesional que los atiende porque a veces son miedos no justificados, por comentarios que han escuchado o que se imaginan.

El profesional les ayudará a ver la parte positiva de la medicación.

 

Una situación cada vez más habitual

Cada vez son más las consultas sobre cómo medicar un hijo sin el consentimiento del otro progenitor. Ante todo, hay que aclarar conceptos que nos ayuden, tanto a las familias como a los profesionales a resolver estas dudas. Conviene recordar dos conceptos importantes:

Patria potestad: Son los derechos y las obligaciones de los padres hacia sus hijos. En los casos de separaciones se establece por defecto la patria potestad compartida, y es muy poco frecuente que se prive a un progenitor de la patria potestad.

Guarda y custodia: Son el conjunto de medidas y decisiones que toma el progenitor que tiene el menor a cargo para garantizar el desarrollo del hijo.

Los asuntos sanitarios de los hijos pertenecen a la patria potestad, tanto en el caso de padres que viven juntos como en el caso de padres separados (casos que normalmente esta patria potestad es compartida). Por lo tanto, para tomar cualquier decisión sobre este aspecto, deben estar ambos padres informados sobre cualquier tratamiento, intervención o consulta. Y no sólo deben estar ambos informados, sino que también deben estar de acuerdo en las decisiones que tomen respecto cualquier tratamiento del niño.

Cuando no hay acuerdo entre los progenitores

Si todos los intentos de llegar a un acuerdo o mediación no funcionan, los padres pueden pedir información verbal o escrita al médico que recomienda el tratamiento, y pedir segundas opiniones médicas. Si aún así no llegan a un acuerdo, pueden recurrir a la vía judicial. En este caso será el juez quien, tras escuchar a los dos padres y al hijo (si fuera suficientemente maduro y, en todo caso, siempre que tenga más de 12 años), atribuirá la facultad de decidir al padre o la madre.

Por tanto, el médico no podrá medicar al niño si no hay un acuerdo entre los dos progenitores mientras la patria potestad la tengan ambos. Un caso diferente serían los tratamientos en caso de emergencia. Ante estas situaciones, se podría plantear un cambio de procedimiento. Entonces ya sería el médico quien podría iniciar el nuevo procedimiento.

En caso de discrepancia o falta de acuerdo entre los progenitores, se deberá mantener la situación vigente hasta ese momento en espera de resolución judicial que pueda resolver el desacuerdo entre los progenitores.

A la práctica

  • Hay que evitar mezclar los conflictos personales entre los padres con la toma de decisiones en el tratamiento de los hijos.
  • Es importante pedir las aclaraciones que se necesiten sobre el tratamiento que recibe el hijo.
  • Hay que anteponer los beneficios del hijo para que reciba el tratamiento más adecuado.

Preguntas con respuesta

¿Si el médico considera que el niño requiere medicación, no es suficiente para poderse administrarla?

Los médicos no pueden prescribir ningún medicamento a un niño si uno de los dos padres que tenga la patria potestad no quiere, a no ser que sea una decisión judicial.

¿Quién debe hablar con mi ex-pareja sobre el tema de la medicación?

Usted puede hablar con su ex-pareja sobre la conveniencia de llegar juntos a una decisión. Pero será el médico prescriptor quien citará cuando sea posible al otro progenitor, para explicarle en qué consiste el tratamiento de la misma forma que lo ha hecho con usted.

¿Qué pasaría si no es posible que yo me comunique con mi ex-pareja por diferentes causas como puede ser una orden de alejamiento o una muy mala relación?

En estos casos puede ser el médico prescriptor quien se ponga en contacto para ofrecerle un espacio personal para explicarle la medicación.

Caso Clínico

Tina es una niña de 8 años que tiene los padres separados desde hace 3 años, con una relación entre ellos actual muy mala. El médico considera adecuado para mejorar su calidad de vida que tome una medicación. La madre acepta y se compromete a avisar al padre. Este llama al médico y le dice que él no quiere medicar a su hija, que no es partidario de dar medicación. El médico no la prescribe, pero cita al padre a la consulta para explicarle las ventajas y desventajas de medicar y el por qué de esta decisión.

Finalmente, el padre ya bien informado, da su consentimiento.

Referencias Bibliográficas

Enlaces web

Francisco Zugasti Agüí (s.f) Associació «Projusticia»

Assumpció Martinez Rogés (2010) ¿Hastadonde llega la guarda y custodia?