Escrito per Noelia Reyes (Psicóloga)
Son muchas las consultas que recibimos de los padres sobre este tema, las dificultades de los niños/as en el dormir son frecuentes y preocupa a los padres; aprender a dormir solo es un hito en el desarrollo y el aprendizaje de todo niño.
Desde el punto de vista psicológico aprender a dormir solo está relacionado con el desarrollo de lo que se denomina proceso de separación / individualización: el niño se puede ir separando y diferenciando de la madre, el padre y los otros y así constituyéndose como individuo con una identidad propia.
Los miedos son habituales
Los miedos infantiles durante la noche son un hecho muy común, pero que preocupan a los padres y que, a menudo acaban con los hijos durmiendo en su cama. Saber acompañar y tranquilizar al niño/a hasta que se duerma, explicarle que no hay motivos para tener miedo, ayudará a que este supere poco a poco una etapa más de su crecimiento como persona. Aprender a dormir solo requiere tiempo y unas condiciones adecuadas; cuando se trata de un bebé, va bien que los padres le canten y lo acunen; más adelante le pueden contar cuentos o hacerle compañía antes de ir a dormir, poco a poco esta función que inicialmente hacen los padres se puede ir interiorizando y el hijo la podrá hacer suya. Algunos niños/as aprenden fácilmente y otros les cuesta más; al mismo tiempo, también hay familias que tienen más o menos dificultad para educarles en este sentido.
Dormir en la cama de los padres
Que un niño duerma en la cama de los padres de forma habitual suele ser un indicador de alguna dificultad: siente malestar, desazón, miedo, ansiedad y utiliza la cama de los padres como solución rápida. O puede ser, también, un niño controlador, que no deja que los padres tengan su intimidad porque intenta hacer frente a los celos que la relación entre los padres le despierta interponiéndose físicamente entre ellos. Otras veces, esta conducta puede ser estimulada inconscientemente por los mismos padres. En el caso de padres separados, el niño puede ser usado para disminuir la soledad y ocupar el lugar del progenitor ausente. Esto pone al hijo en una situación donde se le transmite la responsabilidad de acompañar al adulto referente para un lado y la idea de no tener confianza en sus capacidades para dormir solo, por el otro. En una pareja con conflictos, puede ser utilizado como escudo que impide una relación íntima de pareja. El lugar que cada uno ocupa en el momento de dormir, puede vincularse al lugar que ocupa en la familia. Si damos entrada de forma habitual a los niños en los espacios de adultos durmiendo con ellos, no les ayudamos a diferenciar los diferentes roles que ocupan en la familia. En cualquier caso, poner al niño en la cama de los padres lo tranquiliza, pero no ayuda a resolver el conflicto, que a la larga puede desencadenar trastornos del sueño y dificultades en el desarrollo.
La decisión de cuándo se debe quitar el bebé de la habitación de los padres corresponde a la familia, estos tomarán la decisión que más se adapte a sus necesidades, costumbres y ideas.
A la práctica
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Preguntas con respuesta¿Podemos dejar una luz encendida? No es recomendable dado el niño/a se acostumbra a dormir con la luz encendida y puede asustarse cuando al despertarse esté a oscuras. ¿Mi hijo puede dormir en nuestra habitación pero en cama separadas? No, porque sigue siendo un espacio de los padres y no favorece el proceso de separación y individuación. ¿Puedo meterme en su cama hasta que se duerma? Inicialmente puede hacer que el niño duerma, pero en el momento de irse a la cama se puede despertar y por tanto las dificultades se mantendrán. ¿Puede dormir en mi cama o en el sofá y luego llevarlo a su cama? En esta situación el niño sigue sin dormir solo dado que sólo lo puede hacer dormido, cuando no se da cuenta que está solo. Cuando se despierte se puede asustar de nuevo al verse solo. ¿Qué hago si viene a nuestra cama a media noche? Hemos de volverlo a llevar a su cama y acompañarlo un rato para tranquilizarlo. Hay que mantener la misma rutina que al inicio de la noche. |
Caso clínico
Raquel es una niña de 8 años que desde pequeña tiene problemas para dormir. Los padres, preocupados porque la Raquel no podía dormir, se lo comentaron al pediatra y éste los envió al Centro de Salud Mental Infantil y Juvenil. Cuando llegan a la consulta, lo primero que explican los padres es que encuentran que Raquel suele estar de mal humor con ellos. Dicen: «nunca está contenta, pero sólo le pasa con nosotros. Con el resto de la gente no, ni con los compañeros de clase, ni con los profesores. Nos dicen que es una niña encantadora!».
Cuando les preguntamos que nos cuenten más cosas de Raquel, los padres recuerdan que era una niña muy deseada y que llegó tras varios abortos y tratamientos de fecundación. La madre dice que durante todo el embarazo tuvo mucho miedo de perderla, que siempre estuvieron en tensión. También explican que la Raquel durmió en una cuna en la habitación de los padres hasta los tres años. Y que al cambiarla de habitación al principio durmió bien pero después comenzó a ir a la cama de los padres. Incluso la madre había tenido que dormir en el sofá para que la niña «la echaba fuera de la cama». Llegados a este punto, hicimos ver a los padres que desde siempre habían tenido una actitud de sobreprotección de Raquel, y que debían permitir que se hiciera grande, como cualquier otro niña de su edad. Poco a poco, los padres fueron viendo que Raquel cambió muy rápido: ahora siempre duerme en su habitación y se muestra más satisfecha con sus padres.
Referencias Bibliográficas
Libros que nos hablan de ayudar a dormir a los hijos:
Jové,R. (2006) Dormir sin lágrimas. Madrid: La esfera de los libros.S.L.
Balmes, S.; Lyona. (2011) Jo mataré monstres per tu. Barcelona: Principal de llibres.
Páginas web:
Palau, M. (s/f) Tinc por, puc dormir al vostre llit?
Romagosa, A. (s/F) El meu fill de 4 anys s’ha acostumat a dormir amb nosaltres: és bo que li ho deixem fer?
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