Escrito por Lluïsa Maria González (Psicóloga)

Los celos tiene que ver con la creencia de que ya no son correspondidos emocionalmente por las personas que queremos, en la intensidad y frecuencia que deseamos o necesitamos.

La llegada de un hermano pequeño trae muchos cambios familiares y el primogénito puede sentir que ya no se le da la misma atención que tenía, ya que ahora tiene que compartir los padres.

¿Cómo preparar al hijo ante la llegada de un hermano?

Lo primero que tenemos que hacer es anticipar con palabras. Explicar al hijo de una manera clara y firme la llegada del bebé. Después tenemos que hablar de los cambios que se producirán. Estos cambios comienzan antes de la llegada del bebé, ya que los padres están volcados en la llegada del nuevo hijo. Ya desde ese momento se debe tener en cuenta lo que puede sentir el hijo mayor, y hay que hacerlo participar dándole cierto protagonismo:

  • Puede ver fotos de cuando él era bebé.
  • Visitar familias con bebés pequeños.
  • Que pueda acompañar a la madre al médico, y escuchar el latido del corazón.
  • Hablar de posibles nombres para el bebé.
  • Colaborar en comprar y situar en la casa cosas necesarias.

Los días antes del nacimiento

Cuando se acerca el nacimiento debemos tener en cuenta otros aspectos. Si el niño está en la edad de afrontar algún logro evolutivo, como el inicio de la escuela, el control de pipi, o pasar de la cuna a la cama, lo tenemos que hacer con suficiente antelación antes del nacimiento, o bien aplazar para cuando el recién nacido lleve un tiempo en casa. El gran cambio que supone la llegada de un hermano puede dificultar la adquisición de metas evolutivas cuando coinciden con el tiempo. Se recomienda:

  • Mantener las rutinas del hijo mayor lo más estables posibles.
  • Guardar momentos para estar con el hijo mayor solo.
  • No ser estrictos ante comportamientos más infantiles.
  • Valorar sus intereses y escucharlo atentamente.
  • Tolerar los cambios en el niño, que puede mostrarse afectuoso pero también hostil.
  • Es importante transmitirle que seguirá teniendo su lugar en la familia, un lugar diferenciado de hermano mayor.

En el nacimiento

Se le debe explicar con quién se quedará cuando la madre esté en la clínica. Cuánto tiempo puede estar la madre fuera, si estará más tiempo con los abuelos o con familiares cercanos y todo lo que puede pasar estos días. Es aconsejable que el hermano mayor pueda visitar a la madre y al bebé en el hospital y, en la medida de lo posible, que no coincida con otras visitas. Así reforzaremos la idea de un momento de familia. Podemos pensar en algunas fases por las que pueden pasar los niños: Reclamar atención, Rebeldía y adaptación a la nueva situación. En estas fases pueden aparecer algunos síntomas regresivos:

  • Olvidarse de ir al baño o volverse a hacer pis en la cama.
  • Alteración de la alimentación (comer menos o comer demasiado).
  • Buscar de nuevo el chupete.
  • Ataques de rebeldía ante pequeñas frustraciones.
  • Alteración del sueño o pedir dormir con los padres.
  • Miedos que podemos entender como una forma de buscar espacio y tiempo con los padres.

Para el hijo, es la primera experiencia de ser el hermano mayor del bebé. No sabe qué pasará y por eso le hemos de explicar y ayudar a que lo entienda. El bebé saca la atención de la madre, que debe tener cuidado del pequeño y no tiene tanto tiempo para el grande.

Cambios de comportamiento

El niño puede mostrar comportamientos infantiles con la idea de ser más pequeño para que lo cuiden más. Quizás se enfade y tenga rabietas porque los padres se ocupan del hermanito y no de él. La dedicación que requiere el bebé es importante y los padres pueden estar más nerviosos. El hijo mayor no sólo nota la llegada del bebé, además capta que los padres se muestran diferentes con él. Es normal que los padres les resulte difícil la necesidad de ajustarse a un nuevo hijo y hacerlo compatible con el hijo mayor. A veces necesitarían que el hermano mayor fuera más grande y no lo es. En este sentido, debemos estar alerta de no pedir conductas más adultas a los hermanos mayores de lo que sería adecuado. Si los padres toleran que ellos también están más inquietos el niño también tenderá hacia la normalidad. Pero si se asustan por algunas dificultades, se pueden producir o instaurar alteraciones en el hijo mayor o en sus relaciones.

Aceptar los sentimientos del hermano mayor

Es posible que en ciertos momentos ignore totalmente al bebé. Le tenemos que dar tiempo y tolerar estos sentimientos negativos hacia nosotros o hacia el bebé. Es bueno animar a los hermanos a exteriorizar cualquier sentimiento de rabia o de frustración. Si no es capaz de hacerlo verbalmente quizá lo haga con su comportamiento. En estas ocasiones, no hay que dejar de poner límites, pero tenemos que intentar comprender la situación. Aunque los celos y su expresión pueden depender de cómo se ayuda a los hijos, también hay un factor de temperamento que hará que cada niño viva y se adapte de forma diferente a la situación. Esto implica que habrá niños que necesitarán poca ayuda, mientras que para otros un nuevo hermano puede ser difícil de tolerar, aunque él mismo lo hubiera pedido. En caso de que las dificultades persistan en el tiempo, se recomienda consultar con el pediatra para que puede valorar la atención profesional.

A la práctica

  • Involucrar al hijo mayor a las actividades diarias del cuidado del bebé: puede encargarse de coger los pañales, ayudar a bañarlo, entretenerse jugando con él.
  • En la lactancia, hay que procurar que el mayor no quede excluido, teniendo juguetes con los que entretenerse.
  • Buscar espacios individuales con el hijo mayor, dándole la mayor atención posible.
  • Premiar con juegos o actividades de hermano mayor.
  • Evitar que el bebé sea el único tema de conversación también entre los familiares.

Preguntas con respuesta

¿Qué hacer cuando el hermano mayor se vuelve a orinar encima?

Si le ocurre de día debemos acompañar al inodoro y estar más atentos que antes de que él podía hacerlo solo. Si pasa de noche no debemos poner el pañal de nuevo, sino recordarle que tiene que ir al baño antes de dormir y, si es necesario, despertarlo a media noche para que vaya. Esta conducta nos indica que está reclamando más atención, ya que puede sentir que el bebé lo ocupa todo o casi todo.

¿Qué debo hacer cuando el hermano mayor dice a la madre: «vuelve el bebé»?

No hay que angustiarse. Hay que entender que el niño necesita un tiempo para adaptarse a los diferentes cambios que se han producido en la familia. Es normal que el hermano mayor pueda sentir rabia o celos y eso no implica que no quiera al hermano.

Caso Clínico

Marta es una niña de 5 años que tiene un hermano pequeño de 8 meses. Los padres consultan porque desde hace unos meses Marta quiere volver a dormir en la cama de los padres. Y todo que la acuestan en su cama, a media noche se despierta y se pone en la cama de los padres. El argumento que da es que «mi hermano duerme con mis papas».

Al preguntar por los diferentes aspectos del funcionamiento familiar, los padres explican que la cuna del bebé está en su habitación. Así pues, parece lógica la reclamación de Marta: Si el pequeño duerme con los padres, ¿por qué no dormir ella? Como vemos, Marta percibe que el bebé reclama mucha atención y tiene mucho espacio.

Los padres de Marta explican que en casa todavía tienen una habitación más. Así pues, se acuerda que el bebé ocupará esta habitación con su cuna. Esta solución gusta a Marta, que ayuda en la decoración de la habitación de su hermano pequeño. Sin embargo, insiste en dormir en la cama de los padres. En este caso la consigna es clara: si Marta se despierta a media noche se le hace compañía, pero sin meterse en su cama ni permitirle que se instale en la cama de los padres. Cada hijo tiene su lugar. A cambio, los padres se comprometen a leer un cuento cada noche antes de acostarse para que duerma con tranquilidad.

Poco a poco Marta ha podido entender que su hermano pequeño no le ha quitado los padres. Cada uno tiene su habitación y tiene el lugar que le corresponde.

Referencias Bibliográficas

Libros especializados:

Spock, Benjamin. “Tu Hijo” (1963). Editorial Daimon.

Ajuriaguerra, Jean. «Manual de psiquiatría infantil». (2002). Ed. Masson.

Literatura:

Delibes, Miguel. “El príncipe destronado” (2007). Editorial Espasa Calpe.