Escrito per Brenda Taragona (Psicóloga)
La seguridad en uno mismo no es una cualidad innata de las personas, sino que está relacionada con el sentimiento de sentirse competente y capaz, que se construye con los éxitos conseguidos ya sean pequeños o grandes.
A medida que adquirimos aprendizajes y superamos pequeños éxitos, vamos formando una imagen de nosotros mismos como personas hábiles y capaces, ganando confianza y seguridad en nosotros mismos.
Con cada habilidad adquirida, los niños incrementan su confianza.
La seguridad en un mismo influye en la formación de la autoestima, que se define como las creencias y sentimientos que tenemos sobre nosotros mismos.
La autoestima influirá, a la vez, en nuestras actitudes, comportamientos y respuestas emocionales.
El papel de los padres
Los padres pueden ayudar a construir un sentimiento de seguridad proponiendo a los niños actividades para las que tiene especial habilidad y animarle para que las mantenga. En cuanto a las habilidades nuevas, hay que favorecer las oportunidades para practicarlas y perfeccionarlas, aceptando los errores y facilitándoles el apoyo necesario para que lo sigan intentando. Es importante responder con interés ante las muestras de los niños de querer aprender alguna habilidad, premiándolos con ánimos cuando alcancen una nueva meta o se hayan esforzado por conseguirla. Para mostrar interés, debemos escuchar con atención y hacer preguntas sobre lo que nos cuenta de manera que vea que nos interesa lo que nos está diciendo y fomentando así su seguridad. La supervisión es importante para asegurarnos de que están protegidos, pero para aprender tienen que tener un espacio para intentar hacer cosas nuevas, tienen que equivocarse y que aprender de los errores. Ante la demanda de aprender algo nuevo, debemos explicarles el procedimiento y permitir que lo hagan como puedan, evitando las críticas y sin resolverlo nosotros, si no, el mensaje que enviamos es que ellos no son capaces y nosotros lo hacemos mejor. Esto les devuelve una imagen de sí mismos de incapacidad y puede llegar a disuadirlos de emprender nuevos aprendizajes.
Diferenciar el elogio del estímulo
El elogio implica mostrar lo maravillosos que son, o hacerles creer que son los mejores del mundo. Va dirigido a proyectar una imagen perfecta de la persona pero que es falsa. Los elogios construyen una imagen idealizada y sobrevalorada de uno mismo y por lo tanto una imagen que no es realista. En frente del elogio debemos potenciar el ánimo, que tiene que ver con mostrar que lo está haciendo bien, que está mejorando. El ánimo debe ser real y auténtico sobre cómo se están haciendo las tareas y los esfuerzos que se están poniendo. Es posible que el ritmo de progreso del niño no sea lo que el adulto quisiera, pero seguro que el progreso se da y tenemos que mostrar esta mejora. Algunos niños tienen una imagen perfeccionista y exigente de sí mismos y rechazan algunas tareas ante el miedo al fracaso. Poder iniciar la actividad junto al adulto y hablarle de las propias equivocaciones, les ayudará a ver que equivocarse no es fracasar. Con todo, disponer de tiempo para escuchar a los hijos, jugar con ellos, acompañarlos en las actividades y los nuevos aprendizajes, los ayudará a construir una imagen de sí mismos como niños capaces de hacer lo que se propongan. Debemos mostrarles que los queremos por lo que son, y no sólo por lo que hacen. Esta sensación de seguridad es lo que les ayudará a no tener miedo ante nuevos retos y, por tanto, a tener la confianza para enfrentarlos y alcanzarlos.
A la práctica
|
Preguntas con respuesta¿Cómo detectar si mi hijo es inseguro? Hay características que nos pueden alertar. Suelen ser niños tímidos e inseguros ante personas o situaciones nuevas y que tampoco prueban experiencias nuevas por miedo al fracaso o ser castigados. Suelen estar inquietos y lo exteriorizan mordiéndose las uñas, poniéndose los dedos en la boca o llorando con frecuencia. Pueden tener síntomas físicos como dolores de cabeza o de estómago e irritación por pequeños cambios o frustraciones. ¿Cómo ayudar a mi hijo a acercarse a jugar con niños en el parque? A menudo los niños tienen miedo a recibir un «No» como respuesta y por eso no se sienten seguros de acercarse a otros niños. Inicialmente podemos acompañarlos en hacer este paso y mantenernos en un segundo plano. Podemos hacerle pensar que los demás también se pueden sentir tímidos. Le cuesta mucho probar actividades nuevas, deportes nuevos y cuando siente que fracasa no lo quiere intentar de nuevo Podemos empezar con pequeñas actividades y servirlos nosotros de ejemplo, mostrándonos seguros en la actividad concreta y tolerando las equivocaciones que podamos tener, para que vean que no hay que hacerlo todo bien, sino que hay que aceptar los errores e intentarlo de nuevo. Debemos dejar el espacio suficiente para que lo puedan intentar sin juzgarlos. |
Caso clínico
Juan tiene 8 años y sus padres han observado que últimamente se pone a llorar ante pequeñas equivocaciones, se muerde los puños de los jerseys y las uñas. Siempre ha sacado buenas notas y ha sido muy aplicado, pero al pasar de curso la exigencia a la escuela ha aumentado y lo ven todo el día nervioso por si olvida los deberes, por si marcará al fútbol, por si hará bien los exámenes. También se muestra irritable cuando los padres no cumplen sus expectativas. En las entrevistas familiares se pone de manifiesto la exigencia de uno de los progenitores y la vivencia de la perfección como un objetivo a alcanzar. Se muestra a los padres que la exigencia que tiene el niño hacia ellos es la que el niño siente hacia él mismo. Se trabaja que los padres puedan fomentar la idea de la mejora continua y no de la perfección, mostrándose ellos como ejemplo de errores y de superación. Poco a poco Juan acepta que no hacer bien las cosas no significa no poderlas aprender más adelante. Toda la familia baja la exigencia y buscan más juegos y espacios de cooperación que de competición.
Referencias Bibliográficas
Libros:
Banderas, A. (2011) «Hijos felices». Ed. Timun Mas.
Hertley-Brewer, E. (2011) «Eres genial como eres». Ed. Destino.
Haeussler, I.; Milicic, N. (2006) «Confiar en uno mismo. Programa de autoestima». Ed. CEPE. Ciencias de la educación preescolar y especial.
Películas:
«Ratatouille» (2007. Dir: Brad Bird) Fitxa de la pel·lícula
Aquesta obra està subjecta a una llicència de Reconeixement-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional de Creative Commons