Escrito per Susanna d’Ambrosio (Psiquiatra)

Todos los mamíferos encuentran en sus madres el alimento que necesitan desde el primer momento: al mamar el bebé refuerza sus vínculos con su madre y, a través de ella, con el grupo al que pertenece.

A lo largo de la historia y en diferentes lugares y culturas, los artistas se han inspirado en la pareja lactante madre-hijo, para expresar dos almas que son uno.

Esta unión dura un tiempo corto, pero es una relación muy intensa: madre e hijo comparten una compenetración absoluta que puede provocar un profundo efecto en ambos.

Amamantar a un bebé consiste en dar y recibir de uno mismo, mucho más que en dar y recibir leche.

Beneficios de la lactancia materna

Según la Organización Mundial de la Salud «La lactancia natural es una forma sin parangón de proporcionar un alimento ideal para el crecimiento y el desarrollo sano de los lactantes; también es parte integrante del proceso reproductivo, con repercusiones importantes en la salud de las madres». Muchos estudios científicos ha revelado que la lactancia materna exclusiva durante 6 meses, es la forma de alimentación óptima para los lactantes. Posteriormente deben empezar a recibir alimentos complementarios, pudiendo continuar la lactancia materna hasta los 2 años.

La lactancia materna permite el contacto físico estrecho entre la madre y el bebé. Es un momento de intimidad, de compartir, y de poderse mirar con tranquilidad. El contacto piel con piel estimula la vinculación con el bebe y pone las bases del vínculo afectivo que se crea en los primeros años de vida y que es esencial para la construcción de la identidad. En esta posición, el bebe se siente seguro y protegido, siendo los brazos de la madre, escucha el latido de su corazón, el ritmo de su respiración, su olor y su calor. Este vínculo inicial y dependiente ayudará a que desarrolle en el futuro la independencia necesaria para el crecimiento, así como una buena autoestima basada en la imagen que sus seres queridos le devuelven.

Cuando la lactancia no es posible

La lactancia materna conlleva un aspecto relacional con el bebé que es imprescindible para su desarrollo. Cuando la lactancia no es posible, el mismo ritual y postura se puede llevar a cabo al darle el biberón. De este modo, todos los beneficios emocionales que dependen del contacto y la relación se darán de la misma forma, si la alimentación con biberón, se lleva a cabo, manteniendo las miradas, el contacto, las caricias, las palabras, los sonrisas y meciendo al bebé como se haría al dar el pecho.

Producto idóneo, económico, limpio y siempre a punto

La composición de la leche materna varía enormemente en el propio contexto de la toma, en el transcurso de la toma, en el transcurso de la jornada y según la alimentación de la madre. A medida que el bebé crece, la leche se va adaptando a las nuevas necesidades mientras el intestino va aumentando su capacidad de digestión. La leche materna está dispuesta para la toma, a la temperatura adecuada, disponible en cualquier momento y lugar donde se encuentre la madre y es gratuita.

Beneficios para la madre

Muchos de los efectos son inmediatos: a los pocos minutos de dar a luz, la succión del pezón favorece el desprendimiento de la placenta y el retorno del útero a su tamaño y ubicación naturales. La estimulación del pezón favorece la contracción uterina y disminuye el riesgo de hemorragia; la lactancia no lesiona el tejido mamario. Durante la lactancia la mayoría de las mujeres no tienen menstruaciones: se pierde más cantidad de hierro en la hemorragia menstrual que en la lactancia. A medio y largo plazo, las madres que dan el pecho, adelgazan más fácilmente: la producción láctea utiliza y arrastra las reservas grasas de la madre; amamantar previene el cáncer de ovario y de mama, previene la osteoporosis, disminuye el riesgo de fracturas y deformidades óseas a partir de la menopausia.

Otras propiedades

Es un líquido con grandes propiedades antisépticas y curativas, especialmente en afecciones de la piel. Cuando el bebe tiene la llamada «costra de leche», esta se ablanda y cae con más facilidad si se le aplica leche materna; las afecciones oculares que presentan los recién nacidos, se curan con rapidez y si se lavan con leche materna; la misma leche ayuda a desprender las costras que se forman y pegan los párpados. Si la cicatriz del cordón umbilical tarda en cerrarse, colabora en su cicatrización.

Respeta el medio ambiente: no necesita envoltorio de papel, plástico, no contamina, no consume las fibras, las lejías o el petróleo para su fabricación y distribución.

Hay que tener presente que:

  • Dar el pecho no es algo que se hace en el bebé, es algo que se hace con el bebé. El bebé debe asimilar que la leche es lo que necesita y que la leche la puede conseguir desde la madre: debe aprender cómo agarrarse al pecho, como ajustar la cantidad, a escupir y tragar sin desesperarse, y volverse a coger para seguir comiendo.
  • Este esfuerzo obtiene recompensa: no sólo la leche, también la fragancia envolvente de la madre, sus ojos, su voz, en contacto con la piel y su presencia atenta.
  • La madre debe aprender a estar cómoda con su bebé, a leer sus señales, sus estados de ánimo y proporcionar una respuesta. La sensibilidad adquirida durante la lactancia dura hasta después del destete y se convierte en el fundamento de una relación para toda la vida, basada en dar y recibir, una aguda sensibilidad por las emociones y necesidades del otro.
  • El aspecto relacional está presente y no hay que olvidarlo nunca. En aquellas situaciones en que la lactancia materna no es posible, hay que recordar que mirarse, tocarse, acariciarse, hablar y sonreír, representan una parte fundamental de la lactancia, aunque sea a través de un biberón.

Preguntas con respuesta

¿Qué propiedades tiene la leche materna?

La leche materna es un fluido sujeto a ritmos, alimentación, situación de reposo y estrés, con una composición variable. El calostro es la primera secreción después del parto (3-4 días): de color amarillo, consistencia espesa, tiene un altísimo contenido proteico, especialmente de inmunoglobulina A de elevado efecto protector: tapiza completamente las paredes de su aparato digestivo y lo dota de un sistema inmunitario único y diseñado especialmente por y para él. Impide que los gérmenes patógenos penetren a través de la mucosa intestinal.

¿Qué es la leche de transición?

La leche de transición es la secreción láctea hasta el final de las dos semanas, en la que va disminuyendo las inmunoglobulinas y las proteínas totales y aumentan la lactosa, grasa y calorías.

¿Qué es la leche madura?

La leche madura es la secreción láctea propiamente dicha, formada al 88% por agua, y el resto por lípidos -Proporciona el 50% de las calorías y su absorción intestinal es óptima. Contiene también colesterol, lo que se piensa que puede influir en la capacidad posterior de controlar los niveles de colesterol- proteínas, hidratos de carbono- el principal es la lactosa, metabolizada a galactosa, esencial para la maduración del sistema nervioso central- minerales, vitamina B12.

Referencias Bibliográficas

Libros:

«Amamantar a su bebé». Karen Pryor, Gale Pryor. Ediciones Medici

«Lactancia materna. La mejor opción». Anna Sanés. Morales i Torres editores, s.l.

Páginas web:

Organización Mundial de la Salud. http://www.who.int/nutrition/topics/exclusive_breastfeeding/es/