Escrito por Fundació Orienta

La salud mental en la adolescencia

  • Los estudios realizados muestran que las enfermedades mentales que se manifiestan a lo largo de toda la vida, tienen en muchos casos un comienzo en las etapas tempranas de la vida.
  • Es muy importante poder detectar y empezar a tratar estas enfermedades lo antes posible. La adolescencia es un momento vital en el que debido a las importantes transformaciones que se experimentan, se pueden observar cambios que pueden estar dentro de la normalidad, o bien indicarnos si estamos ante una posible patología.
  • Un adolescente que presente una patología si ésta es tratada correctamente, podrá mejorar y resolverse, tanto su calidad de vida presente, así como la perspectiva de la vida que tiene por delante.

  • La adolescencia es el período de transición entre la pubertad y la edad adulta.
  • El adolescente va cambiando poco a poco el concepto de sí mismo. Se deja de ver como un niño y comienza a plantearse su futuro como adulto.
  • La personalidad del adolescente es entonces cambiante y acabará estabilizando después de pasar por un periodo más o menos conflictivo.
  • El adolescente, suele refugiarse en la uniformidad del grupo de amigos, que le dará seguridad y le hará sentirse querido. Se podrá inclinar hacia lo que el grupo impone en cuanto a modas, costumbres y preferencias.
  • El tiempo del adolescente es diferente del tiempo de los adultos. Determinadas cosas las quiere con una urgencia exagerada y, de manera incomprensible para sus padres, deja para más adelante cosas esenciales.
  • Los cambios biológicos lo llevan a la madurez sexual. El primer enamoramiento será, en general, un amor a primera vista, una figura idealizada.
  • El adolescente tiene una personalidad muy permeable, que recibe y acepta cosas muy diferentes. Por ello, a menudo puede ser contradictorio en las manifestaciones de su conducta.
  • La adolescencia puede ir acompañada de una cierta ansiedad y depresión no patológicas. En su esfuerzo por insertarse en el mundo, la realidad no siempre satisface sus aspiraciones. A veces, la sensación de fracaso le puede obligar a refugiarse en sí mismo, y lo hará sentirse solo, aburrido o desanimado.

Nos preocupa la salud mental de nuestro hijo. ¿Qué podemos hacer?

Hablar con su médico en el Área Básica de salud o con los profesionales de la salud con los que tengan contacto. Informen lo mejor posible sobre la conducta o los síntomas que les preocupan. Hablen con los docentes de su centro educativo y pregunten si ellos han observado algún cambio preocupante en su conducta. Si es necesario, contacten con un especialista con experiencia en comportamiento en la adolescencia (psiquiatra, psicólogo, trabajador social) para que pueda hacer una evaluación cuidadosa. No duden en consultar si es necesario más de un especialista, hasta encontrar lo que sea más adecuado para su hijo.

Parece que nuestro hijo tiene problemas. ¿Cómo podemos saber si son graves?

No todos los problemas son graves. De hecho, muchas tensiones de la vida diaria pueden conllevar cambios en la conducta. Es importante distinguir entre los cambios típicos en la conducta de un adolescente y que podrían estar relacionados con problemas más graves (problemas en diferentes entornos, cierre persistente, conductas de riesgo, agresividad, etc.)

¿Puede que la esté afectando alguna situación difícil que está viviendo?

Para poder averiguar de manera adecuada si nos encontramos o no ante un problema de salud mental, hay que saber si lo que estamos viendo es una reacción ante una situación difícil (por ejemplo, la muerte de un familiar, el divorcio de los padres, etc.). Los acontecimientos estresantes es normal que hagan tambalear a cualquiera. Si el adolescente puede ir superando paulatinamente las dificultades, estará pudiendo hacer uso de sus recursos; si por el contrario no puede superarlas, es que tal vez tiene algún problema más importante.

Entonces, ¿cómo podemos obtener un diagnóstico para nuestro hijo?

Acudiendo a los profesionales de la salud, tal como se indicaba más arriba. Si estos profesionales detectan que hay algún problema a tratar, derivarán a su hijo a un servicio en salud mental infantil y juvenil o un hospital de día. En estos centros especializados tras una valoración adecuada, le podrán hacer un diagnóstico que permitirá encarar con éxito el tratamiento que el adolescente necesite.

Nuestro hijo está enfermo

Cuando un adolescente entra en un servicio de salud mental para recibir un tratamiento que le permita mejorar, tanto su calidad de vida como las perspectivas de cara a su futuro, los padres se pueden plantear una serie de cuestiones que necesitan ser contestadas de manera conveniente. Nos han dicho que nuestro hijo está mal. ¿Mejorará con el tiempo? Algunos adolescentes mejoran con el tiempo, pero otros necesitarán ayuda profesional de manera continuada, dependiendo de la patología que presenten. De todos modos, con el tratamiento adecuado su vida tendrá una mejora importante.

¿Qué tratamiento puede recibir?

También dependiendo de la patología y del momento evolutivo de cada adolescente, las posibilidades son diversas. Tal vez necesite asistir a sesiones de psicoterapia en un centro de salud mental infantil y juvenil (CSMIJ). O tal vez, por el momento en que se encuentra, lo más indicado es el ingreso en un hospital de día para adolescentes; si es así, durante un período de tiempo asistirá durante el día a un centro llamado Hospital de Día en el que, aparte de sesiones de psicoterapia, podrá contar con un entorno que le ayudará a mejorar su estado, mediante la relación con psicólogos, educadores sociales, docentes, trabajadores sociales, etc.

¿Qué más podemos hacer para ayudar a nuestro hijo?

Los adolescentes que sufren trastornos mentales necesitan ser comprendidos y guiados por sus padres y sus docentes. Este apoyo hará posible que desarrollen al máximo su potencial, aunque estén enfermos. Antes de ser diagnosticado, puede que hayan vivido situaciones que hayan hecho acumular frustración, culpa o enojo; los padres y los hijos pueden necesitar una ayuda especial para poder superar estas situaciones que no son saludables. Los profesionales en salud mental pueden ayudar al adolescente y la familia para poder desarrollar nuevas actitudes y formas de relacionarse entre ellos.

Como familia, ¿qué apoyo podemos recibir?

La familia puede recibir un apoyo importante por parte de los profesionales en salud mental mediante sesiones para los padres, grupos de padres, etc. Se pueden facilitar recursos para afrontar de manera adecuada las situaciones y las conductas difíciles. En algunas ocasiones, es posible que toda la familia necesite asesoramiento; los terapeutas pueden ayudar a los miembros de la familia a encontrar maneras de afrontar las conductas negativas y motivar los cambios de conducta.