El suicidio es la complicación más importante de los trastornos psiquiátricos. No se pueden prevenir todos los suicidios, pero una correcta evaluación e intervención pueden reducir los riesgos en muchos pacientes. Las autolesiones, las ideas de suicidio, las tentativas de suicidio, son diferentes maneras de manifestar un fuerte malestar psíquico.
Las autolesiones es cuando una persona se infringe daño corporal sin intención suicida (cortes, quemaduras, golpes, rasguños, …).
Las ideas de suicidio son los pensamientos, planes o deseos persistentes de un sujeto a cometer suicidio en situaciones de estrés intolerable.
Los intentos de suicidio o tentativas de suicidio es un acto suicida que se ha detenido en su camino y que su resultado no ha sido la muerte.
Estas manifestaciones requieren intervenciones diferentes, pero todas ellas necesitan ser atendidas por profesionales de la salud mental.
¿Qué hacer cuando hay signos de alarma?
Hay que mantener un clima de confianza que permita comunicarse con sinceridad y tranquilidad:
- Si su hijo les cuenta que ha pensado en momentos de crisis que estaría mejor muerto o que quiere desaparecer, no se hagan cómplices suyos de estos temas: elijan la vida de su hijo/a por encima de mantener su «confianza».
- Pidan ayuda a su médico de primaria de manera preferente. En caso de estar vinculados con un Centro de Salud Mental contacten con ellos o intenten avanzar la visita con su terapeuta referente. Y en caso de no ser posible ninguna de las dos anteriores opciones, acudan a urgencias del Hospital de Sant Joan de Déu de Esplugues.
- Recuérdenle que no está solo, que ustedes están aquí por si él/ella los necesita y que pueden ayudarle.
- Tómense seriamente las señales de alarma, no tenga miedo de preguntarle por sus pensamientos de suicidio, esto le ayudará a expresar sus emociones y a no sentirse solo.
- Es importante no juzgar, ni explicarle las posibles razones que ustedes imaginan para estar así: faciliten que él/ella pueda pensar y expresar libremente sus preocupaciones y malestares.
- Permitan que pueda expresar libremente sus sentimientos y miedos. Múestrense muy respetuosos. Intenten comprender cómo ha llegado a esta situación.
- Procuren transmitir esperanza y posibilidad de cambios. Usen comentarios tipo: «entiendo que te sientas mal, pero cuando puedas tranquilizarte seguramente lo sabrás ver de otra manera».
- No lo regañen: él/ella no es culpable de su malestar ni de no tener suficientes recursos personales para hacer frente y/o gestionar sus dificultades.
- Eviten retarle, no hagan comentarios del tipo «no eres capaz». Esta actitud puede empujarlo a salir adelante con la conducta suicida.
- Asegúrense que su hijo/a acude a las visitas de seguimiento psicológico y/o psiquiátrico.
- Los pensamientos de muerte no desaparecen fácilmente. Necesita el apoyo de la familia y de los amigos.
- Ante cualquier duda consulte con su profesional de referencia.
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